lunes, 20 de septiembre de 2010

Boleto Único

"Venid al borde del abismo, les dijo.
Ellos dijeron: nos da miedo.
Venid al borde, les dijo. Fueron.
Los empujo...                 
                       Y volaron."

 Facil ¿No?





martes, 14 de septiembre de 2010

La Pasión...

Del Diario de Maria, dos días después de que todo volvío a la normalidad:

  La pasión hace que uno deje de comerr, de dormir, de trabajar, de estar en paz. Mucha gente se asusta porque, cuando aparece, derrumba todas las cosas viejas que encuentra.
  Nadie queire desorganizar su mundo. Por eso, mucha gente consigue dominar esta amenaza, y es capaz de mantener en pie una casa o una estrructura que ya está podrida. Son los Ingenieros de las cosas superadas.
  Otra gente piensa exactamente lo contrario: se entrega sin pensar, esperando encontrar la pasión las soluciones para todos sus problemas. Descarga sobre la otra persona toda la responsabilidad por su felicidad, y toda culpa por su posible infelicidad. Está siempre eufórica porque algo maravilloso sucedió, o deprimida porque algo inesperado acabó destruyéndolo todo.
  Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella, ¿Cuál de las dos actitudes es la menos destructiva?
  No sé.

"Once Minutos", Paulo Coelho.

jueves, 9 de septiembre de 2010

¿Tu Luz? ...Tu Luz Personal.

No puedo evitar, Vida, leer cada página de esta historia sin traerte a mi mente. Mi historia y la suya no se parecen... pero si mi Amor y el suyo, si su encuentro y el nuestro y por último si se parece lo que ella siente a lo que provocas en mi.
Todavía no se como termina la historia y tal vez tampoco me interese saberlo, solo se que siento en este momento, al igual que ella. Se que me haces feliz en este preciso instante y eso me basta.

Fragmento del diario de María, escrito el mismo día que conoció a Ralf Hart:

"Hoy, mientras andábamos alrededor el lago, por este extraño Camino de Santiago, el hombre que estaba conmigo, un pintor, una vida diferente de la mía, tiro una piedrecilla al agua. En el lugar en el que cayó la piedra aparecieron pequeños círculos que se fueron ampliando, ampliando hasta alcanzar un pato que pasaba casualmente por allí y que nada ten'ia que ver con la piedra. En vez de asustarse con la onda inesperada, decidió jugar con ella.
Algunas horas antes de esta escena, yo entré en un café, oí una voz y fue como si Dios hubiese hubiese tirado una piedrecilla en aquel lugar. Las ondas de energía me tocaron a mi y a un hombre que estaba en una esquina, pintando un cuadro. Él sintió la vibración de la piedra, yo también. ¿Y ahora?
el pintor sabe cuándo encuentra una modelo. el músico sabe cuándo su instrumento está afinado. Aquí, en mi diario, soy consciente de que ciertas frases no son escritas por mí, sino por una mujer llena de "luz" que soy y rechazo aceptar.
Puedo seguir así. Pero también puedo, como el patito del lago, divertirme y alegrarme como la ola que llegó de repente y alteró el agua.
Existe un nombre para esa piedra: pasión. Describe la belleza de un encuentro fulminante entre dos personas, pero no se limita a eso; está en la exitación de lo inesperado, en el deseo de hacer algo con fervor, en la certeza de que se va a conseguir realizar un sueño. La pasión nos da señales que nos guían la vida, y me toca a mí descifrar esas señales.
  Me gustaría creer que estoy enamorada. De alguien a quien no conozco y que no entraba en mis planes. Todos estos meses de autocontrol, de rechazar el amor, han dado como resultado exactamente lo opuesto: dejarme llevar por la primera persona que me prestó una atención diferente.
  Menos mal que no tengo su teléfono, que no sé donde vive, que puedo perderlo sin culparme a mí misma de haber perdido una oportunidad.
  Y si fuera ése el caso, aunque ya lo haya perdido, yo he obtenido un día feliz en mi vida. considerando el mundo tal y como es, un día feliz es casi un milagro."


"Once Minutos", Paulo Coelho.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Mi Primer Libro...

 CAPITULO I
LOS PIRATAS DE MOMPRACEM

  La isla de los feroces piratas se hallaba sacudida aquella noche por un violento temporal.
  Pasada la medianoche, no podía verse encendida ni una luz, excepto la de la casa adornada con la bandera roja que tenia un tigre en el centro.
  ¿Quién velaba en la casa? Un hombre alto, robusto, de facciones hermosas y fieras que coronaba su tez oscura con una espesa mata de cabellos negrísimos y una larga barba. Paseaba impaciente y contemplaba la puerta cuando oyó  un ligero ruido. De un salto se precipitó hacia la salida y corrió al encuentro de su amigo, ataviado con una larga capa, empapada ya.
-¡Yáñez!
-¡Qué noche! ¿Eres tú, Sandokán? 
entraron en la casa y Sandokán llenó dos copas.
-Dime, Yañez -pidió impaciente Sandokán-
¿has visto a la muchacha de los cabellos rubios?
-No. Sin embargo, he averiguado un montón de cosas...
-Cuentame ya...

"El Tigre de la Malasia", Emilio Salgari.
                   

domingo, 5 de septiembre de 2010

Castillos en el Aire...

Quiso volar igual que las gaviotas,
libre en el aire, por el aire libre
y los demás dijeron, ""¡pobre idiota,
no sabe que volar es imposible!"".

Mas él alzó sus sueños hacia el cielo
y poco a poco, fue ganando altura
y los demás, quedaron en el suelo
guardando la cordura.

Y construyó, castillos en aire
a pleno sol, con nubes de algodón,
en un lugar, adonde nunca nadie
pudo llegar usando la razón.

Y construyó ventanas fabulosas,
llenas de luz, de magia y de color
y convocó al duende de las cosas
que tiene mucho que ver con el amor.

En los demás, al verlo tan dichoso,
cundió la alarma, se dictaron normas,
""No vaya a ser que fuera contagioso...""
tratar de ser feliz de aquella forma.

La conclusión, es clara y contundente,
lo condenaron por su chifladura
a convivir de nuevo con la gente,
vestido de cordura.
 
         Por Alberto Cortez.